Al llegar, nuestros anfitriones, Flore de Brantes y su marido, Amaury de la Moussaye, ya nos están esperando en la escalinata de entrada del château Le Fresne. Un disco de vitrola de Schubert suena en un gramófono centenario mientras el impecable servicio nos prepara un aperitivo con los mejores patés y quesos de la zona, regados con un magnífico champagne: bienvenidos a la Vie de Château.
El château Le Fresne, cuya construcción culminó en 1770, ha pertenecido durante generaciones a la familia de Flore de Brantes, y ahora es ella quien lo disfruta cuando no está al frente de su prestigiosa galería de arte en Bruselas.
Su exquisito gusto y el magnífico mantenimiento del edificio hizo que el pasado octubre fuera portada de la edición internacional de la revista Architectural Digest.
Y, para poner la guinda al pastel (o gâteau en este caso), nos acompañó como autor del viaje el reputado artista bilbaíno Ignacio Goitia, amigo íntimo de Flore y gran conocedor de la región del Loira, cuyos castillos ha inmortalizado en varios de sus cuadros.
Guiados por sus amenas explicaciones, conocimos el castillo de Chenonceau, un regalo que el rey Enrique II de Francia hizo a su amante Diana de Poitiers quien, al más puro estilo Macron, era 20 años mayor que él. Algo que, lógicamente, no gustó a la mujer de este, Catalina de Médicis, quien a la muerte del monarca le obligó a devolvérselo. Por ello se le conoce como “el castillo de las damas”.
También visitamos Cheverny, precioso castillo en cuya construcción se inspiró Hergé, amigo de los dueños, para crear el castillo de Moulinsart, residencia del célebre Capitán Haddock en las Aventuras de Tintín.
Siempre de la mano de Ignacio Goitia, dedicamos otro día a visitar la preciosa ciudad de Blois y su castillo de diferentes estilos, parando a almorzar en el estrellado restaurante Assa, donde la pareja de chefs Fumiko y Anthony Maubert nos deleitaron con una sorprendente fusión de cocina franco-japonesa.
Recorrer la región en descapotables de los años 20 disfrazados para la ocasión, visitando el Festival de los Jardines Efímeros de Chaumont y parando a comprar productos gourmet en mercados tradicionales y bodegas boutique, es una de las exclusivas experiencias que se vivieron en este Viaje de Autor de NUBA.
Sin olvidar la visita privada que realizamos, fuera del horario de atención al público, al impresionante castillo de Chambord, Patrimonio de la Humanidad, desde cuyas torres contemplamos la puesta de sol brindando una vez más por la joie de vivre con el omnipresente champán.
Brindis que repetimos junto a nuestro cicerone de lujo, como broche de oro, sobrevolando en globo el Valle del Loira al atardecer del último día en Le Fresne, para quedarnos en nuestras retinas con esa última imagen de este inolvidable viaje.
Espectaculares fotografías realizadas por David Ruiz www.davidruizfoto.com